lunes, 19 de julio de 2010

2º turno, Día 9


Sabirelatos


Hace ya tiempo, aquí en Sabinillas, pasó algo alucinante. Cuando Pedro Pablo era todavía monitor, le tocó guardia de rocódromo. Algo espeluznante pues al lado está la casa del que fundó Sabinillas (El chalet) y cuando a Pedro le dijeron, que un niño había entrado en la casa no se lo creyó, pero parecía verdad. Se lo dijo a un niño que juraba que lo había visto. Pedro le echó valor y fue a ver si todas las puertas de la casa estaban cerradas y la principal cerrada. Dio un rodeo y se dio cuenta de que una trasera estaba abierta. Entró y esa puerta daba a un sofá, con habitaciones que se comunicaban sin puertas, como un laberinto. Oyó un ruido arriba y busco las escaleras que daban arriba y subió. Arriba solo había platos y cubiertos muy bien colocados pero con 2 Kg. de polvo encima. Le dio por entrar en el dormitorio para ver si estaba. Para su sorpresa todos los muebles estaban cubiertos de sábanas blancas. De repente oyó un portazo abajo y en menos de 1 minuto ya estaba fuera. Preguntó al otro niño, que estaba fuera esperando y le dijo que no había salido nadie, dijo a la hora de la siesta que contarían a todos los niños y si faltaba alguno ese era el que se metió en la casa. Contaron a los niños y no faltaba ninguno. Puede que el niño que se lo dijo se estaba quedando con él, pero ¿Y los ruidos? ¿Y el portazo? Un misterio.

Daniel Sánchez (D. 5)

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