domingo, 31 de julio de 2011

DÍA 8 - TERCER TURNO




UN CUENTO SOBRE SABINILLAS.....
escrito por LEONOR JIMÉNEZ PUERTA (14 años)D.1

La historia de Sabinillas

cap 1

Hace mucho, mucho tiempo, en un pequeño pueblecito de Málaga había una gran finca privada llamada Sabinillas. Pertenecía a una mujer muy rica llamada Rosabella. Todos los niños solían retarse a entrar en aquel recinto sin ser descubiertos por las cámaras de seguridad. Lo cierto, es que era un reto bastante divertido. Sobre todo para una persona en especial: un niño perteneciente al internado que esta mujer regentaba. Su nombre era Pedro Pablo. Le gustaba mucho escaparse de allí con sus amigos para iniciar nuevas y divertidas aventuras. Su imaginación no conocía límites y, por ello, siempre lo apoyaban los demás. Debían tener mucho cuidado para que la malvada señorita Rosabella no los descubriese y los castigase duramente. Aunque merecía la pena. Pedro Pablo siempre decía:

-Una finca tan hermosa y divertida no debería estar cerrada a los demás, debería compartirse para que los demás niños disfrutasen de ella.

Lo que ellos no sabían es que unas personas los vigilaban atentamente durante sus innumerables travesuras…

Una mañana como otra cualquiera, Pedro Pablo y sus amigos saltaron la valla del jardín de la monja Petra mientras ella dormía con su gato y corrieron hasta la finca. El joven líder del grupo fue el primero en atravesar el pequeño agujero que había en el muro para introducirse en ella.

La misión de aquel día era sencilla: cortar las cabezas a todas las estatuas y volver en el menor tiempo posible.

Todo fue bastante bien, Pedro Pablo usó el serrucho que había junto a la caseta del jardinero y logró cortar casi todas las cabezas… hasta que…

¡Un grupo de perros visiblemente rabiosos y hambrientos se lanzaron sobre él!

No supo de dónde habían salido, solo supo que aquello solo podía ser obra de la malvada Rosabella. Eran trece, trece perros, cada uno más feroz que el anterior.

Los amigos de Pedro Pablo consiguieron salvarlo por los pelos, arrojándoles las cabezas de estatua a los feroces canes.

Idearon un acuerdo para librarse de los perros: formarían trece grupos, uno para ocuparse de cada perro. Aquello sería sencillo pues en el orfanato había justo trece dormitorios.

Al día siguiente, la moja Petra estaba vigilando el jardín como una sargento. Aquello resultaba extraño, sobretodo siendo la hora de la siesta. Aquello les hizo suspender la misión hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente, probaron de nuevo y también estaba allí.

También a la siguiente.

Seguía estando allí.

Tal vez al día siguiente pudieran…

…seguía vigilando el jardín.

Semanas después, encontraron el jardín cerrado.

¿Qué podían hacer?

¿Quién los había delatado a la malvada Rossabella?

¿Cómo desarroyarían su imaginación ahora?

¿Y dónde?

Aquella noche hubo una reunión secreta nocturna, obviamente, liderada por Pedro Pablo.

-¡Esto no puede haber sido casualidad: alguien nos ha delatado! Tenemos un topo entre los nuestros, un chivato!

-Pero… ¿Quién?- preguntaban los niños.

-Eso es lo que hemos venido a averiguar. A partir de ahora, las aventuras las viviremos dentro del orfanato, pero no una cualquiera, una en particular…

En la habitación se hizo el silencio…

-Vamos a separarnos por habitaciones y las habitaciones por grupos y cada grupo va a ocuparse de investigar cuál es el grupo traidor. Seremos animales: los pequeños, animales marinos y los mayores, felinos.

-Nosotros seremos los pumas.

-¡Nosotras las panteras!

-Me pido ser de los cangrejos…

Y así, desde aquel día, todos los niños se separaron en grupos y dejaron de confiar los unos de los otros, siempre sospechando de los demás.

Desde algún lugar de la mansión, un grupo de personas tomaba una lujosa cena mientras conversaba.

-Nuestro plan está resultando ser mejor de lo que en un principio pensamos… ¡Buen trabajo! Ahora los niños dejarán de confiar los unos en los otros y así serán más obedientes, más mansos, harán lo que les digamos, se acabarán las fiestas para ellos, se acostarán temprano…- Reía Rosabella.

-Y a vosotros, como pago por vuestra ayuda, os vamos a ofrecer un regalo muy especial que solo vosotros podréis tener y utilizar…

Las cosas empezaron a cambiar sospechosamente en el internado. Por ejemplo, la cola del comedor ahora era más desordenada, todos los niños parecían querer colarse. Pedro Pablo y sus amigos intentaron hacerlo, pero los monitores los empujaron de nuevo a su puesto.

-¡Esperad a vuestro turno como los demás!- decían.

-¡Pero si esos de allí se están colando y no les decís nada!- se quejó nuestro protagonista incontables veces.

-Qué lástima…- Sonreían maliciosamente.

¡Hacían la vista gorda!

Y lo mismo en las duchas…

En los baños…

¿Por qué precisamente esos niños?

Las sospechas comenzaron a levantarse en toda la colonia.

Una tarde, los pumas del grupo de Pedro Pablo se asomaron a la ventana de su habitación a la hora de la siesta y pudieron ver cómo un grupo de niños se bañaban en la piscina de la mansión de Rosabella.

-¡Imposible! ¡Pero si la piscina solo es accesible para los monitores!… Chicos, venid a ver esto.- Pedro Pablo y sus amigos contemplaron atónitos cómo los chicos hacían juegos en la piscina.- Creo que esta noche nos toca jugar a los espías…

-Eso huele a que tienes un plan.- Le decían.

-Esta noche los desenmascararemos...


(CONTINUARÁ...)




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